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jueves, 7 de abril de 2011

Tayrona III


El paisaje del Cabo San Juan te embriaga, pero el camping está tan atestado que el ambiente resulta un poco indigesto. Yo diría que esta es la zona más "comercial" del Tayrona. Es como una romería infinita: adolescentes con la cara llena de acné, familias, hippies, ejecutivos con ganas de desmelenarse, snobs, pijos,  niños bien, tirados...

Los amaneceres, las puestas de sol, los paseos por la playa, todo invita a quedarse. Lo pensamos...Y decidimos marcharnos. Berna me recuerda que hay un lugar en Arrecifes "ese en el que paramos a tomar algo al llegar, te acuerdas?" y nos lanzamos de nuevo al camino, otra hora larga con nuestras pesadas mochilas (juro que solo llevé un par de camisetas y dos pantalones cortos) en la espalda.

Camping Don Pedro. Un muchacho menudito y risueño nos recibe con una gran sonrisa en la boca. Se llama Rafa. Samario (de Santa Marta) por un lado y cachaco por otro (del interior del país). No estamos al pie del mar, pero una noche aquí cuesta unos 5 euros y la comida es mucho más barata. Ahora que lo pienso, este chico es una especie de chamán que nos da la bienvenida a su reino mágico. Porque aquí se cumple a rajatabla eso de que tienes que dejarte llevar. Sabes el día que llegas, pero nunca, nunca, cuándo te marcharás. Es como si te hechizaran. Cero resistencias. Eso sí, psico rígidos, miedosos, ultra urbanitas, gente que se queja de mosquitos, bichos y demás, abstenerse.

La idea es pasar una  noche aquí y luego seguir rumbo a La Guajira.

Foto: Camping Don Pedro

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